¿Tengo que tener más cuidado cuando me opero el pecho y soy fumadora?
Es habitual que las pacientes fumadoras que quieren hacerse un aumento de pecho nos trasladen su preocupación ¿el tabaco puede traer consecuencias negativas durante o tras la operación? En este artículo, el doctor Raimundo Cantero, experto en cirugía plástica, estética y reparadora, te resolverá muchas de tus dudas sobre el tema.
Cicatrización más lenta: primera complicación del tabaco y la cirugía mamaria
Obviamente, el tabaco tiene consecuencias negativas más allá de las intervenciones quirúrgicas, no obstante lo que más nos preocupa durante una cirugía estética, plástica o reparadora es su condición de vasoconstrictor. Esta estrechez de los vasos sanguíneos disminuye el suministro de oxígeno en las células, lo que ralentiza la cicatrización, además de aumentar el riesgo de padecer infecciones o contractura capsular (entre otras complicaciones).
Entonces, ¿es necesario dejar de fumar si voy a someterme a una operación de aumento de pecho?
Lo recomendable es dejar el hábito del tabaco unas semanas antes de la intervención (de cuatro a dos semanas) y durante el postoperatorio, pero encontramos muchos casos en los que esto puede ser contraproducente (efecto rebote por la abstinencia, malestar general de organismo por dejar bruscamente de fumar, etc.)
En casos de fumadoras muy habituales, ¿qué podemos hacer?
De ninguna manera emplear la operación como excusa para dejar el tabaco. Cerca del 75% de los fumadores que se someten a una operación intentan dejar de fumar, pero solo un 5% lo consiguen de forma permanente. La dependencia hacia el tabaco ha de disminuir de forma gradual, nunca hemos de cortar de forma inmediata sin antes consultar con nuestro cirujano.
Algunos de los efectos perjudiciales derivados de dejar de fumar radicalmente pueden ser:
- Tos reactiva producida por una irritabilidad de la mucosa bronquial. Espasmos de tos, lo cual favorece el sangrado y produce dolor.
- Ansiedad y nerviosismo derivados de la abstinencia, que provoca tensión arterial (pudiendo derivar en hemorragias agudas).
- La ansiedad puede ocasionar un pico alto de prolactina (hormona productora de leche en las mamas) y ocasionar galactorrea (secreción láctea) que tiene alto riesgo infeccioso.
- Aumento de la sensibilidad al dolor: la abstinencia del tabaco provoca un incremento del dolor, lo que hace que el postoperatorio sea más duro para el paciente que deja de fumar.
Como puedes comprobar, aunque es necesario eliminar el consumo de tabaco en el periodo previo y posterior a la intervención, los efectos derivados de eliminar totalmente el consumo del mismo pueden ser igualmente indeseables. Por ello, es labor de tu cirujano valorar tu caso para ver detenidamente si es mejor dejar completamente de fumar o disminuir gradualmente el consumo a cantidades irrisorias, pero que permitan abordar la operación sin las complicaciones anteriormente citadas.
¿Para todas las operaciones es necesario dejar de fumar?
Mientras mayor sea la cirugía y la presencia de cicatrices, mayor será la necesidad de dejar o reducir el consumo de tabaco. En cirugías de menor envergadura como rinoplastia, blefaroplastia, otoplastia o cirugía intima, no es absolutamente necesario. Mientras que en otras como elevación de pecho, reducción, lifting o ginecomastia, si es muy recomendable valorar la disminución o abstención.
Conclusión
Lo mejor en todo caso es que, más pronto que tarde, decidas terminar tu relación con el tabaco, por todas las consecuencias negativas que conlleva en tu organismo. Sin embargo, si estás valorando operarte de un aumento de pecho, no te preocupes, consulta con tu cirujano plástico en Málaga y que él te indique los pasos que tienes que seguir para la intervención.
Bibliografía
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Dr. Raimundo Cantero