Al realizar una rinoplastia se modifican las estructuras que forman la nariz (piel, cartílago y huesos) para obtener una nariz más bonita y estética, y a su vez para mejorar su papel en la respiración (humedecer aire, eliminar partículas,…)
Esta modificación de los tejidos de la nariz produce una inflamación durante y/o la aparición de pequeños hematomas. De esta forma, durante las primeras semanas la nariz puede aparecer inflamada y sin forma, con una punta nasal redondeada y tensa; e incluso mantener algo de giba en el dorso.
No debes preocuparte, el resultado final nada tiene que ver una vez desaparezca el edema.
Los primeros días llevarás un taponamiento nasal. Durante la primera semana tendrás una férula en el dorso de la nariz. Todo ello dirigido a mantener la forma y dar soporte a la modificación realizada en la cirugía, así como para limitar la inflamación.
La primera semana tendrás la férula, de forma que notarás la punta inflamada y tensa. Durante el primer mes verás cómo la inflamación va disminuyendo poco a poco, irán desapareciendo los hematomas (en caso de existir), y tu nariz empieza a tomar la forma deseada. Durante los primeros 6 meses se irá definiendo las zonas estéticas y contornos de la nariz, tal y como se modificaron en la cirugía. A partir del año aceptaremos que es un resultado final.
Por otra parte, no es igual una cirugía únicamente de dorso nasal y cerrada, a una cirugía abierta y completa de dorso, punta, tabique y piel… A su vez, según la tipología de nariz, la recuperación será más o menos temprana.
Por eso es muy importante tener paciencia en el proceso de rinoplastia, ya que a partir de los 3-6 meses es cuando se empiezan a tener resultados similares al definitivo.
Dr. Raimundo Cantero